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"El joven prodigio del Barcelona, Destiny Ejiofor, de 11 años, marcó la asombrosa cifra de 145 goles en 52 partidos y se perfila para seguir los pasos de Messi y Yamal". Ese fue el encabezado que usó en las últimas horas el diario británico 'The Sun' para destacar a la nueva estrella que viene surgiendo y dando de qué hablar en la cantera del tradicional equipo español, que tiene como una de las misiones empresariales sacar a la luz a figuras que lleguen hasta el equipo profesional y que se conviertan en astros mundiales del balompié.
Y es que Destiny viene destacando con unas estadísticas que impresionan y por sus cualidades futbolísticas, que cada juego con su equipo de los catalanes sobresalen por encima de los demás.
"Se cree que Ejiofor cuenta con excelentes números y las comparaciones no han tardado en llegar. El pasado fin de semana fue el máximo goleador del Barça en el prestigioso torneo Jordi Pitarque Cepria, anotando un hat-trick", se destacó más adelante en el referido medio. Incluso, pese a su corta edad, su carrera ya es gestionada por un prestigioso agente internacional como Pini Zahavi.
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El niño viene de una familia de origen nigeriano en la que el fútbol es el pan de cada día, ya que su padre de nombre Ejike Paschal, jugó en la tercera división española y sus dos hermanos, David Obinna y Divine Ikenna, también defendieron los colores de Barcelona con buen suceso y resonancia.
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Ahora todos los ojos están puestos en Destiny, a quien ven como un futbolista de proyección y le han puesto toda la atención en ese proceso de formación.
Su capacidad goleadora, la forma en que define y su facilidad para destacar incluso contra rivales mayores lo han empujado inevitablemente a ser señalado como posible sucesor de Lamine Yamal, quien a su vez es visto como heraldo del legado de Lionel Messi.
A pesar de los números espectaculares, el camino desde ser una promesa en La Masía hasta consolidarse con el primer equipo no está exento de desafíos. Existen barreras físicas, mentales y de adaptación al fútbol profesional que muchos talentos no superan. El cuerpo técnico de Barcelona, los medios especializados y el propio entorno de Destiny coinciden en que la progresión debe ser cuidada, evitar presiones tempranas que lo quemen, y reforzar no solo la habilidad técnica, sino también la disciplina, la fortaleza emocional y la continuidad en su crecimiento.