¿Por qué disidentes colombianos y militares venezolanos, antes aliados, ahora están en guerra?

El fuego cruzado les ha costado la vida a decenas de uniformados en la frontera y recientemente se conoció que varios fueron secuestrados.

El pacto de convivencia y apoyo entre las Fuerzas Armadas venezolanas y las disidencias de las FARC comandadas por Gentil Duarte se quebró.

En los últimos días se conoció que al menos ocho militares del país vecino están secuestrados por ese grupo.

La ONG Fundaredes publicó el testimonio de Ambar Bastidas, la madre del sargento Abraham Bastidas, uno de los uniformados cuyo paradero se desconoce. Ella dijo que él “salió para Apure a un enfrentamiento el 23 de abril. Ya estas son horas que no sé nada de mi hijo. Ya ha pasado mucho tiempo, nadie me da respuesta, nadie me dice nada”.

Los secuestros se produjeron en medio de los enfrentamientos del 23 y 24 de abril en el poblado de La Victoria, estado de Apure, en zona fronteriza con Arauca. Aunque el gobierno venezolano ha guardado silencio sobre lo ocurrido, poco a poco se han conocido detalles. Al parecer, en esos días, las disidencias ejecutaron varias emboscadas contra los militares, que fueron arrasados.

En un video quedó registrado el momento en el que algunos civiles recogen cuerpos y los montan a un camión. Al parecer, quien graba es un disidente que asegura que hay 12 personas muertas. En otras imágenes, los disidentes muestran el arsenal de fusiles, ametralladoras y balas que le quitaron a las Fuerzas Armadas.

Otra pieza que evidencia la magnitud de lo ocurrido es un audio que registra la angustia de un militar venezolano tras ese ataque: “No sabe la impotencia que tenemos todos aquí en el batallón. Y aquí todo el mundo anda con el corazón partido, jefe. Tremenda arrechera de esa vaina como los muchachos cayeron. Los metieron en una vaina que estaba rodeada de puros campamentos y no sabían. Hasta cuándo van a seguir matando a los comandos, jefe, mala planificación, mala todo, mala todo”.

La ofensiva de las disidencias estaba anunciada. En un video en poder de la unidad investigativa de Noticias Caracol, grabado el 5 de abril, las disidencias del autodenominado bloque Magdalena Medio que opera en Norte de Santander, lanzaron una declaratoria de guerra:

Rechazamos de manera contundente la agresión y el ataque de manera indiscriminada contra la población civil, nuestros camaradas y compañeros de lucha, en los frentes 10 y 28, quienes fueron sorprendidos por un ataque por las fuerzas armadas bolivarianas, bombardeo de la fuerza aérea y tropas en tierra. Realizaremos ataques certeros y contundentes a todo aquel que intente doblegar la voluntad de lucha. Y especialmente combatiremos aquellas bases de la fuerza armadas bolivarianas que han sido partícipes en esta oleada terrorista.

¿Pero por qué se quebró la convivencia de las disidencias colombianas y los militares venezolanos? Una teoría apunta a la guerra entre el grupo comandado por Gentil Duarte y el de la Segunda Marquetalia, que lidera Iván Márquez y Jesús Santrich. Ambos se disputan el control de rutas del narcotráfico y rentas ilícitas en los dos lados de la frontera. Según los mismos hombres de Duarte, las Fuerzas Militares venezolanas los están atacando para abrirle espacio al grupo de Márquez y Santrich.

Así lo dijeron en un comunicado: “En obediencia a intereses ajenos al carácter revolucionario, esta alianza entre los sectores que se hacen llamar Segunda Marquetalia, quienes fueron los negociadores y firmantes de los acuerdos que entregaron el proceso revolucionario de las FARC en un acto de rendición y sometimiento, ahora pretenden autoproclamarse verdaderos revolucionarios, cuando sus actos hacia quienes quedamos en resistencia armada no ha sido otra que la calumnia, el engaño y la traición. Queremos clarificar que estos señores financian a unos pocos oficiales del gobierno venezolano para que hagan el trabajo sucio que facilite sus intereses, sus apetitos personales”.

Un militar venezolano, que pidió a Noticias Caracol la reserva de su identidad, apunta a esa misma teoría: “La guerra entre las disidencias de las FARC y la Fuerza Armada proviene del desacato que las disidencias tienen con Iván Márquez y Jesús Santrich. Siendo ellos las nuevas FARC, por lo cual se están disputando el territorio del estado de Apure. Sobre todo El Nula, por Tres Esquinas, La Victoria. Y todos esos sectores que son de comercio e intercambio de droga. El gobierno venezolano como tal siempre ha favorecido al ELN y a las FARC de Iván Márquez, así lo hacía en San Antonio del Táchira y Ureña, nos utilizaban a nosotros, las Fuerzas Armadas, para arrasar terreno y respectivamente, cuando ya hacíamos la retirada, se metían las guerrillas del ELN. Eso mismo está ocurriendo ahorita en El Nula”.

Sin embargo, las explicaciones también apuntan a que la guerra que se libra en Apure fue creciendo como una ola, a raíz de una serie de choques que empezaron en septiembre del año pasado, cuando los militares atacaron el campamento de alias ‘Farley’, hombre al servicio de Gentil Duarte, para arrebatarle el control de negocios de contrabando y combustible.

Lo explica Sebastiana Barráez, periodista y analista de la violencia y el crimen en Venezuela: “De ese incidente hubo cuatro militares venezolanos muertos. Se habló de que hubo 15 guerrilleros muertos, de los cuales nunca hubo ninguna información precisa, nunca vimos los muertos, no llegaron a ningún hospital de la zona, así que no sabemos si en efecto los hubo o no”.

Las confrontaciones escalaron y finalmente, el 21 de marzo, las Fuerzas Militares bombardearon el campamento de ‘Farley’, quien ya había huido con sus hombres. Al día siguiente, un grupo del Ejército cayó en un campo minado sembrado por las disidencias y dos militares murieron. Aunque los datos son inciertos por el silencio del oficialismo, podrían ser más de 20 los militares venezolanos muertos en estas confrontaciones que ya llevan casi dos meses.

Barráez dice que “se han conjugado una serie de hechos que han llevado al lamentable saldo que tenemos ahora, de una cantidad de militares muertos, de una cantidad de militares heridos y una especie de sentimiento de miedo y orfandad dentro de la tropa venezolana, que no saben a qué se van a enfrentar, porque la verdad es que una cosa es estar preparados en el papel y en los cursos y otra distinta es cuando van a la realidad y se encuentran con compañeros destrozados, muertos”.

Los enfrentamientos también afectaron a las comunidades de Apure. Human Rigths Watch denunció que, en medio de la persecución a las disidencias, los militares tendrían la responsabilidad por "la ejecución de al menos cuatro campesinos, detenciones arbitrarias, el procesamiento de civiles ante tribunales militares y torturas contra residentes acusados de colaborar con grupos armados".

Cientos de venezolanos también se han desplazado a Arauca, buscando refugio para una guerra que cruzó la frontera.

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