Las vacaciones soñadas de una joven australiana se convirtieron en su peor pesadilla, después de contraer una infección.
Victoria Curthoys, de 29 años, decidió compartir su historia de cómo perdió los dedos de su pie derecho, después de someterse a un tratamiento de limpieza conocido como ictioterapia.
Todo comenzó en 2010, cuando Victoria viajó de vacaciones a Tailandia y decidió hacerse el pedicure en un spa con peces garra rufa, que se alimentan con la piel muerta, un procedimiento muy popular de exfoliación natural.
Regresó a Perth, la ciudad australiana donde residía, sin sospechar que estaba infectada.
A los médicos que la atendieron les tomó más de un año diagnosticar la infección.
“Terminé con otra infección ósea en el dedo gordo del pie y los médicos tardaron más de un año en descubrir de qué tipo era. Cuando se dieron cuenta, me había comido todo el hueso del dedo y estaba enferma todo el tiempo”, recuerda Victoria.
"Finalmente decidieron quitarme por completo el dedo gordo del pie".
Aliviada, creyó que el problema había terminado ahí. Qué equivocada estaba.
Un año después, estaba de regreso al hospital. La presión al caminar hizo que el segundo dedo se ulcerara.
“Tenía un callo áspero en la parte superior, pero no sabía que debajo de eso había otra infección furiosa”. Su segundo dedo fue amputado.
En noviembre de 2016, los médicos retiraron el tercer y cuarto dedo. “Por alguna razón, ellos no amputaron el más pequeño”.
“Después de exámenes de sangre y más radiografías, descubrieron otra infección en el hueso, así es que finalmente retiraron el último dedo en noviembre de 2017”.
Ocho años después de su primera infección, Victoria Curthoys ha podido reunir valor para compartir su historia a través de una cuenta en Instagram.
Dice estar contenta de no sentir dolor, ya superó la amputación y está lista para advertir al mundo sobre los riesgos de usar un spa de peces, pero también para dar apoyo a las personas que como ella han pasado por situaciones tan duras.
Updated: septiembre 14, 2018 06:41 p. m.