Era de noche. La madre de unos gemelos escuchó que uno de ellos lloraba en la habitación contigua. Decidió ir a mirar y lo que encontró hizo que tomara su celular y grabara la escena.
Con tan solo seis semanas de nacidos, estos bebés demostraron que eran un gran equipo. El llanto del varón se calmó al sentir la mano de su hermana cerca de su boca. Él, se podría decir que instintivamente, tomó el dedo pulgar de ella y comenzó a chupar. ¡Las lágrimas se fueron!
Para algunos, una hermosa coincidencia. Para otros, la muestra de un vínculo más poderoso.
Dulces sueños, para estos angelitos.