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Cabezote Los Informantes

Masacre en Alto Remanso: padre pide justicia por la muerte de su hijo durante un operativo militar

El asesinato de 11 personas, incluido Brayan Santiago, un adolescente de 16 años, en la vereda de Alto Remanso, Putumayo, el 28 de marzo de 2022 sacudió a toda la población. Dos años después, la comunidad sigue clamando por justicia y verdad.

El lunes 28 de marzo de 2022, ocurrió una masacre en la vereda de Alto Remanso, en Puerto Leguízamo, Putumayo. El asesinato de once personas, siete de ellos reconocidos por las comunidades, incluido un menor de edad, sacudió a toda la población. El polémico operativo fue realizado por tropas del comando contra el narcotráfico número 3 del Ejército, quienes señalaron que los que estaban participando de un bazar eran considerados como guerrilleros, por lo que, prendieron fuego.

El menor de edad era Brayan Santiago, de 16 años, quien estaba con las personas de su vereda compartiendo de la música, de la compañía y de la tranquilidad de un momento bingo y bazar hasta que la tropa militar atacó contra su vida. “Después que yo, quedo solo, él dormía conmigo. Todo el tiempo. Era mi compañero de cama. Y verlo como era, no era malo. Era buen amigo, lo extraño”, mencionó Rodolfo Pama, padre de Brayan Santiago, víctima de la masacre en Remanso.

Era su hijo menor con quien compartía todo en la vida, incluso la cama donde dormían. A hoy, se le quiebra la voz cuando habla de él y todos los recuerdos que le inundan la cabeza. “Mi hijo no era un guerrillero, él no sabía manejar un arma, nunca le enseñé a disparar un arma, no sabía manejar ninguna clase de armas”, señaló Pama.
Para el entonces, el expresidente de la República, Iván Duque, entregó por medio de una publicación en la red social X, antes Twitter, la noticia de la operación al país: “Se logró la neutralización de 11 integrantes de disidencias de las FARC”. Sin embargo, dos años después del operativo, la Fiscalía y la Organización de Derechos humanos y la Comunidad, señalaron que existen pruebas de que varios de los ellos eran civiles.

Dentro de las víctimas, se encontraba el presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda, Divier Hernández; su esposa embarazada, Ana Sarrias; el gobernador indígena, Pablo Panduro y Brayan Santiago Pama, el hijo de Rodolfo. En la comunidad de Remanso todos afirmaron que ellos no hacían parte de ningún grupo ilegal.

El joven murió a pocos metros de su casa en la vereda Alto Remanso mientras estaba en el bazar que buscaba recaudar fondos para construir una vía que estaba en mal estado. “Es que esto era como falsos positivos, como los 6.402 falsos positivos que hay en Colombia, que usted los conoce también, o ha escuchado”, agregó.

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Su padre recuerda que siempre quiso tocar un instrumento, como el saxofón y que quería apoyarlo en la música, sin embargo, lo principal era el estudio, que él acabara con el bachiller. Brayan nació en Puerto Leguízamo e ingresó al colegio José María Hernández a los 4 años. “Le gustaba charlar con los compañeros y recochar armar como ese ambiente”, mencionó Ubeimar Murillo, profesor de Brayan, quien le dio clases desde tercero a séptimo grado.

Sin embargo, en el 2021, en medio de la pandemia por el Covid-19, cuando él estaba en séptimo grado, se retiró del colegio y se fue a vivir con su papá en su finca en la vereda de Alto Remanso. “Lamentablemente, por cuestiones yo me separé con la mamá de él, cuando tenía 8 añitos. De ahí lo crie, fui padre y madre a la vez. Hasta que ya era jovencito, lo traje aquí, porque es que llegó el tiempo del COVID”, dijo Rodolfo Pama.

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La zona de Alto Remando es controlada por los comandos de la frontera, un grupo que pelea el dominio de este territorio con El Frente Carolina Ramírez de las disidencias de las FARC, por lo que, es un corredor estratégico para el paso del narcotráfico. “Cuando fue la guerrilla nos tocó lo mismo, cuando vivíamos en el pueblo con los paramilitares fue lo mismo. Nosotros no somos guerrilleros, somos civiles, somos gente que no tenemos que ver nada en este asunto, nada, nada”, aseguró Pama.

Rodolfo le comentó a Los Informantes que pasaron el año nuevo de 2021 junto a la familia en Puerto Leguízamo y que estaban esperando un subsidio del Gobierno. Con esa ayuda planeaban irse a vivir allí en junio para que Brayan Santiago volviera al colegio. “Mejor dicho que por esperar esos $9.000.000 millones de pesos de fortalecimiento, nos volvimos en enero para acá, febrero y en marzo me lo mataron. Y después de 1 año me dieron el fortalecimiento”, confirmó.

A las 4 de la mañana, de ese fatídico día, Brayan Santiago se escapó de su casa para irse al bazar con sus amigos, aprovechando que su padre tenía que recargar la planta energética de la comunidad. “No me di cuenta, no sé a qué hora se levantó y se me fue al festival con unas medias que yo le había prestado y se fue en Chancleta”, comentó.

A eso de las 7 de la mañana, sonó una ráfaga de disparos. “Me provocó tirarme al río, dije, no, yo que me maten acá adentro. Y fue cuando yo me metí allá a orar por mi hijo, mi hijo, por Dios, mi hijo, que no me le pase nada, nada”, agregó.

La última vez que Rodolfo vio a su hijo fue cuando se dio cuenta que una lancha dejaba dos cuerpos sin vida a la orilla del río. Uno de ellos era Brayan Santiago. “Yo les grité que me mataran también. Y bueno, ya me arrastraron para allá, me arrastraron para allá donde estaba la gente, como a las cinco de la tarde, ya lo recogieron para llevárselo. No dormimos esa anoche, pasamos toda la noche llorando”, aseguró.

Actualmente, el caso está gritando justicia, incluso, justicia militar. Rodolfo estuvo en Washington representando a las familias de las presuntas víctimas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidiendo una justa respuesta al crimen atroz. Por ahora, la Corte Constitucional debe decidir en dónde se llevará el proceso y brindar una solución adecuada al dolor de estas familias y abogar por los delitos cometidos y la justa condena de estos.

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