“Las estadísticas de Maduro son absolutamente absurdas y no son creíbles”, enfatizó José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch.
Según la Universidad Johns Hopkins, la estimación más conservadora arroja que el 1% de los venezolanos se contagiaría y de esos el 10% podría fallecer. Serían por lo menos 30 mil muertos, aseguran.
En Venezuela, el 70% de los hospitales no tienen agua o el acceso a ella es intermitente, el 57% del sector de la salud tiene escasez de guantes, el 61% no tiene tapabocas, el 76% carece de jabón, y el 90% no tiene acceso a desinfectantes.
Esas son algunas de las cifras del lapidario informe de la ONG Human Rights Watch y de la Universidad de Johns Hopkins sobre una crisis en el sistema de salud presente mucho antes de la pandemia y que convertiría a Venezuela en una bomba de tiempo.
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“Los pacientes hoy están llevando su propia agua para poder ser ingresados en los hospitales. Estamos hablando con médicos que nos dicen que los hospitales no huelen a cloro o a productos de limpieza, sino a materia fecal", cuenta Tamara Taraciuk, subdirectora para américas HRW.
Lo preocupante de estas cifras, dicen los investigadores, es que los venezolanos que están regresando al país lo hacen de manera temporal y que luego serán una carga adicional para los sistemas de salud de otros países como Colombia.
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El informe asegura que en medio de la cuarentena ordenada por el régimen, han aumentado las detenciones arbitrarias y hostigamientos por parte de fuerzas como la FAES y organizaciones armadas como los colectivos.
Por su parte, el presidente de Colombia Iván Duque hizo un llamado internacional para que las ayudas enviadas para atender a migrantes venezolanos lleguen más rápido. El mandatario habló en una conferencia de donantes donde calificó la situación de Venezuela frente al COVID-19, como una bomba de tiempo.