Antonio Ramírez, bogotano de nacimiento, pasó la Navidad sin sueldo. Es uno de los 380.000 empleados considerados ‘no esenciales’.
Lleva 18 años trabajando para el Gobierno de Estados Unidos. Su historia de vida se asemeja al sueño americano, pero en la actualidad, su realidad es otra.
Él y sus compañeros están sin trabajo desde el 22 de diciembre, cuando prácticamente el Gobierno se quedó sin fondos. Trabaja con el departamento de Agricultura, donde está encargado de negociar los estándares para las exportaciones de productos ganaderos y avícolas.
Cuando supo que iba a cerrar el Gobierno, le tocó ajustarse el cinturón. “No viajar, no usar los carros para no gastar gasolina, y no salir, no ir a restaurantes, no comprar cosas que no necesitemos”.
A pesar de la angustia, Antonio dice sentirse afortunado porque él y su esposa cuentan con el apoyo de sus dos hijos, que ya trabajan, pero es consciente de “que hay familias que tienen que alimentar hijos”.
Antonio, de 69 años, tiene previsto retirarse el próximo año, pero teme que este pulso político pueda descarrilar sus planes.
En contexto:
Cierre gubernamental bate récord y se convierte en el más largo de la historia de EE. UU.
Updated: enero 16, 2019 02:56 p. m.