Ganó el primer ministro liberal Mark Rutte en los comicios legislativos pese a la subida de la extrema derecha, el segundo partido más votado.
"Un voto a favor de Europa contra los extremistas", comentó en Twitter Margaritis Schinas, portavoz del presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker.
Las elecciones holandesas eran consideradas como un barómetro del poder de la extrema derecha en Europa, a 40 días de las presidenciales en Francia y a unos meses de las legislativas en Alemania.
Con 20 escaños, el Partido por la Libertad (extrema derecha) de Geert Wilders quedó lejos de los 36 que anunciaban algunos sondeos y de los 24 que obtuvo en 2010, año de su mejor resultado.
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También quedó por detrás del Partido Popular de la Libertad y la Democracia de Rutte, que obtuvo 33 escaños.
Rutte, que perdió 7 diputados pero superó los 28 que le auguraban los sondeos, se congratuló por la victoria obtenida contra el "populismo".
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El primer ministro saliente tendrá que formar ahora una coalición con varios partidos, aunque descartó gobernar con el apoyo de Wilders, a diferencia de lo que hizo en 2010.
Tras las victorias sorpresa del Brexit en el Reino Unido y de Donald Trump en EE. UU., los resultados de Holanda son "una victoria del sentido común y un buen punto de partida para la temporada electoral europea", analizó Holger Schmieding, economista del banco Berenber.
"Se acabó la fascinación por los partidos populistas de derecha", afirmó por su parte Hajo Funke, del Instituto de Ciencias Políticas Otto Suhr.
"La gente ve que Trump no le hace bien ni a Estados Unidos ni a Europa", agregó.
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"Ven el costo, el potencial de destrucción en economía y en términos de política internacional", dijo.
El presidente francés, François Hollande, celebró una "clara victoria contra el extremismo".
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La canciller alemana, Angela Merkel, se congratuló de poder continuar con Rutte una "buena colaboración como amigos, vecinos y europeos", indicó su portavoz.
"Éramos el tercer partido de Holanda. Ahora somos el segundo. La próxima vez seremos el primero", afirmó Geert Wilders en un tuit.
Con 19 escaños cada uno, la Llamada Demócrata Cristiana (CDA) y los progresistas de D66, se perfilan como los socios naturales de los liberales para forma el gobierno.
Pero, para alcanzar la mayoría de 76 diputados necesaria, esas formaciones necesitarán el apoyo de un cuarto socio.
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Todas las miradas van hacia la Unión Cristiana (CU), que logró cinco escaños, y los protestantes del Partido Político Reformado (SGP), tres diputados.
Pero también podrían tener un papel preponderante los ecologistas de GroenLinks (Izquierda Verde) del joven y carismático Jesse Klaver, que consiguieron 14 diputados contra tan solo cuatro en la legislatura precedente.
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Con este paisaje político tan fragmentado "será difícil para los partidos negociar en muchos temas", indicó el analista político de la Universidad de Leiden Geerten Waling.
"Pero pienso que en unos meses se formará un gobierno de centroderecha en base a estos resultados", dijo.
"Con estos resultados no hay ninguna razón para pensar que hay una crisis política en Holanda", concluyó.