Ajax estuvo en las primeras planas de diarios ibéricos y del mundo al recibir una condecoración por parte de Juan Carlos I en reconocimiento a una vida dedicada a la lucha contra el terrorismo, en la que ayudó a detectar una bomba plantada por la ETA en Palma de Mallorca en 2009.
El adiós de este auténtico gudari, guerrero en euskera, se produjo en las instalaciones de Lobopar, en la ciudad de Antequera, y ha generado un gran pesar entre los que lo cuidaban a diario.
El sargento de la Guardia Civil Juan Carlos Albarces, su instructor y responsable durante sus seis años de servicio en los cuerpos especiales de seguridad de la Casa Real y de la Presidencia del Gobierno se mostró desconsolado.
"No he parado de llorar en todo el día", confesó a un diario español y señaló que "su amigo y compañero" no podía recoger ahora una nueva medalla que a Sociedad Canina de la Costa del Sol le había concedido.
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El uniformado señaló que estuvo con Ajax en Madrid para un reportaje de televisión y regresó a Antequera, donde lo notó "un poco tristón", cosa que la achacó al viaje.
Decidió llevarlo al veterinario, en donde le detectaron una infección en el hígado que fue fulminante.
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Personal de Lobopark explicó que el animal falleció este lunes, a los 13 años, meses después de su retiro. Una trabajadora explicó que fue muy feliz durante su jubilación y que compartió con otros perros.
Ajax fue recibido el pasado 18 de junio en audiencia por el rey tras ser el primer perro español en recibir la Medalla de Oro de la principal organización benéfica veterinaria del Reino Unido, la People's Dispensary for Sick Animals. Ésta es la máxima distinción que se entrega a un animal y equivale a la Cruz de San Jorge para ciudadanos que destacan por sus actos de valentía. Sólo cuentan con este galardón veintidós perros, de los que únicamente dos son de fuera del Reino Unido.