Varias de las ciudades más pobladas como Nueva York, Washington y Atlanta sufren el torrencial clima.
La fuerza de la naturaleza ha arrancado de raíz los cimientos de varias viviendas.
“Es difícil de describir, tenemos casas que han sido volteadas, casas que están totalmente arrancadas de sus cimientos. Es como si una bomba hubiese explotado”, explica Terry Thibodeux, jefe de Policía de Franklin.
En algunos estados de la costa este, las lluvias, acompañadas de granizo y fuertes vientos, han dejado a más de 9 mil personas sin electricidad.
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En Dallas, por ejemplo, los residentes tuvieron que buscar refugio cuando de los cielos cayeron estas enormes bolas de granizo.
El clima también cambió los planes de más de 6 mil viajeros, pues los aeropuertos en Illinois, Texas, y Carolina del Norte, cerraron momentáneamente por las tormentas.
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