Forman parte del Caso Próvolo y llevaron su denuncia a las Naciones Unidas. Aseguran que la Iglesia ha guardado silencio y no ha colaborado con la investigación.
Ezequiel Villalonga, Daniel Sgardelis y Claudia Labeguerie, las tres víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos en el Instituto Antonio Próvolo para Sordos de Argentina, pidieron este jueves en Roma ser recibidos por el papa y que este les ayude a hacer justicia contra los curas abusadores.
"¿Para qué venimos a Europa? Porque necesitamos que la situación cambie, mientras que el papa está acá tranquilo, ocultando cosas, necesitamos que se acaben los abusos en todo el mundo. (...) Han abusado mucho en muchas partes, pero esto tiene que acabar", dijo Villalonga en un encuentro en Roma con la prensa extranjera.
Sgardelis, por su parte, pidió que el pontífice argentino "entregue pruebas", fotografías y nombres de los sacerdotes que estuvieron en el instituto en los años en los que se cometieron los abusos a menores para que sus víctimas puedan identificarlos y sean juzgados.
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Junto a ellos se encontraba también Labeguerie quien, visiblemente emocionada, prefirió quedarse en silencio y permitir que hablaran sus compañeros.
Los tres han viajado de Argentina a Ginebra para denunciar ante Naciones Unidas los abusos y las torturas que sufrieron en ese instituto con sedes en La Plata y en Mendoza, y después se han trasladado a Roma para tratar de ser recibidos por Jorge Bergoglio.
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"Se habla mucho, y necesitamos que se deje de hablar tanto y se tomen medidas para acabar con los abusos de una vez por todas", zanjó Sgardelis, al tiempo que denunció el "silencio" que en su opinión manifiesta el Vaticano.
Los tres han emprendido el viaje acompañados de sus abogados Lucas Lecour y Sergio Salinas, quienes defendieron la necesidad de que "la Santa Sede colabore en la investigación".
"Hemos viajado hasta Ginebra para que el Comité contra la Tortura y el Comité de los Derechos del Niño conozcan el Caso Próvolo, que sepan que la Santa Sede no ha hecho nada para avanzar en la investigación penal de esta causa, ni siquiera han hecho nada para reparar el daño a estas víctimas", sentenció Lecour.
El abogado lamentó "el terror que vivieron durante años niños y niñas sordos en Mendoza" por parte de sacerdotes que se suponía que debían cuidarlos.
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El abogado Salinas describió cómo en ese instituto los alumnos sordos eran considerados "anormales" y obligados a parecerse a personas normales, por lo que recibían golpes si intentaban comunicarse con lengua de signos, u otros castigos, como dormir desnudos a la intemperie o permanecer arrodillados sobre granos de maíz durante horas si cometían algún error, como dejar que se les cayera la comida.
Lecour contó que han comunicado al papa su voluntad de ser recibidos a través de una carta formal enviada a la Nunciatura y dos correos electrónicos dirigidos a las embajadas de Argentina en Roma y ante la Santa Sede.
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A pesar de ello, Salinas explicó que por el momento no han recibido ninguna respuesta acerca de la posibilidad de tener esta reunión antes del domingo, cuando regresarán a Argentina.
La Justicia argentina condenó en noviembre pasado a penas de 42 y 45 años de prisión a los sacerdotes Nicolás Corradi y Horacio Corbacho, respectivamente; y de 18 años al jardinero Armando Gómez por abusos sexuales a alumnos con discapacidad auditiva en el Instituto Próvolo.
Este instituto cuenta con una sede en Verona (Italia), donde en 2009 un grupo de 67 exalumnos denunció abusos por parte de varios sacerdotes, entre los que se encontraba Corradi, oriundo de la ciudad italiana que, tras su paso por el centro veronés, se trasladó a Argentina.