Murió, pero con sus videos deja un claro legado para que la humanidad tome conciencia de lo mortal que es el COVID-19.
Más de 30 años de experiencia como enfermera le dieron a Pamela Orlando la fuerza física y mental para batallar, en primera línea, al coronavirus.
Convencida de su vocación de servicio y pese a los reproches de sus hijos para que no asistiera al hospital de Nueva Jersey, en Estados Unidos, Pamela fue sagradamente a ayudar a sus pacientes.
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“Rogué a mi madre que no fuera a trabajar. Realmente lo hice. Le rogué, pero así era ella”, expresó Reid Orlando, hijo de Pamela.
Sobreviviente de cáncer, madre soltera y un poco obstinada, según describen sus dos hijos, Pamela comenzó a sentir en cuerpo propio las primeras señales del coronavirus, síntomas que ya conocía, pero no había experimentado personalmente.
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Con 56 años y mucha vida por delante, comenzó a grabar videos desde casa para mostrar la evolución de la enfermedad en su cuerpo.
24 de marzo: “Hoy tengo fiebre, de la que no me puedo deshacer”.
25 de marzo: “De verdad, me siento muy mal. Tengo dolor de espalda, fiebre que no termina…”
Al tercer día de enfermedad fue hospitalizada en donde trabajaba, pero no mejoró.
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27 de marzo: “Dios mío, esto no es broma, estoy tan incómoda ... Mi fiebre acaba de estallar, así que estoy un poco mal. Tengo fiebre de 40,6…”
Para el quinto día de registro, Pamela sentía que estaba perdiendo la batalla en contra del coronavirus.
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28 de marzo: “Me siento tan mal que ni siquiera voy a lograrlo. Ni siquiera puedo moverme sin estar sin aliento... Solo rezo para que esté bien”.
Los días siguientes, según se evidencia en el registro, hacer las grabaciones fue todo un reto, pues le faltaba el aire para hablar.
29 de marzo: “No estoy segura de qué día es, todavía no estoy mejorando”.
Cinco videos más, pero en silencio, fueron grabados por esta mujer que mostró cómo el COVID-19 acaba la vida de quien lo padece.
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El 16 de abril, Pamela Orlando falleció.
La vocación de está mujer era salvar vidas, por eso los videos que grabó durante toda su enfermedad, son su legado para que la humanidad tome conciencia de lo mortal que es el coronavirus.
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