El mandatario estadounidense aseguró que las conversaciones entre los dos Gobiernos van por buen camino y que es probable que se reúnan el próximo 12 de junio.
"Tienen mucho interés en hacerla, nos gustaría hacerla. Veremos qué pasa", dijo Donald Trump instantes antes de partir rumbo a la Base Naval de Annapolis, donde participó en la ceremonia de graduación de la nueva promoción de marineros de la Armada estadounidense.
El mandatario incluso llegó a revelar que, después de que Pyongyang emitiera un comunicado conciliador, representantes de ambos Gobiernos vuelven a negociar ahora los detalles del posible encuentro, que en un principio se esperaba que tuviera lugar en Singapur.
"Estamos hablando con ellos ahora. Fue un comunicado muy amable el que sacaron. Veremos lo que ocurre", apuntó Trump al abandonar la Casa Blanca rumbo a la instalación militar ubicada en la costa del estado de Maryland.
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Este inesperado cambio de actitud de un mandatario al que muchos consideran imprevisible se produce menos de 24 horas después de que la Casa Blanca informara, de manera abrupta, de la cancelación de la cumbre a través de una carta escrita por un Trump molesto con la "hostilidad" mostrada por el Gobierno norcoreano.
"Tristemente, debido a la tremenda ira y abierta hostilidad mostrada en su comunicado más reciente, creo que es inadecuado, en este momento, mantener esta reunión", le comunicó el presidente directamente a Kim en una misiva en la que, no obstante, invitaba al líder norcoreano a llamarle o escribirle en caso de que decidiera cambiar de opinión.
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Fuentes de la Casa Blanca explicaron más tarde que la decisión de Trump obedeció a "una serie de promesas rotas" por parte de Corea del Norte, como el plantón dado a una delegación estadounidense que se había desplazado a Singapur para concretar los detalles de la reunión y unos insultos vertidos desde Pyongyang contra el vicepresidente Mike Pence.
El enfado de Trump quedaba patente en una amenaza incluida en la misiva y dirigida directamente a Kim: "Usted habla de su capacidad nuclear, pero la nuestra es tan masiva y poderosa que rezo a Dios para que nunca tenga que usarse".
En declaraciones posteriores, el mandatario llegó a advertir a Corea del Norte de que las Fuerzas Armadas estadounidenses estaban "preparadas" para actuar contra el país asiático, extremo que fue respaldado por la portavoz del Departamento de Defensa, Dana White.
"Continuaremos con nuestra campaña de máxima presión, eso no ha cambiado. En términos de si estamos preparados para luchar esta misma noche, sí; siempre ha sido así", aseguró White durante una rueda de prensa celebrada el jueves en la sede del Departamento de Defensa.
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Incluso después de haber mostrado su optimismo respecto a la posibilidad de que la cumbre finalmente llegue a celebrarse en la fecha inicialmente acordada, Trump no dejó pasar la oportunidad de alardear de músculo militar durante su discurso en Annapolis, en un mensaje que parecía tener un destinatario claro: Kim Jong-un.
"Si ha de llegar la guerra, no existe otra alternativa: ganar, victoria. Bonitas palabras", sostuvo durante su alocución ante los más de mil cadetes que se graduaron.
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El presidente señaló, además, que los días de recortes presupuestarios en el Pentágono "se han acabado", lo cual, subrayó, ha permitido a Estados Unidos fortalecerse "últimamente".
"Volvemos a ser respetados", destacó Trump justo antes de aseverar que Estados Unidos cuenta con "la mayor fuerza de combate para la paz, la justicia y la libertad en la historia del mundo".
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