Lo primero que se debe determinar es las causas. Pueden ir desde exposición al sol, quemaduras, un trauma o hasta una enfermedad.
Tenga en cuenta que no todos las cremas o tratamientos de amigos y familiares le sirven a usted o a su piel.
Siempre es necesario preguntarle al médico general y, si este lo considera oportuno, a un dermatólogo.