Recientemente, Colombia obtuvo su primera medalla de oro en esta modalidad.
El full contact se ha convertido en un estilo de vida para muchos atletas vallecaucanos. La adrenalina y la disciplina se unieron para potenciar a estos deportistas, los cuales cambiaron su comportamiento social.
Historias como la de Juan Esteban Londoño, deportista, son cada vez más frecuentes en el dojo Nintai, lugar de práctica de este deporte de contacto, ubicado en Cali.
“Yo era muy conflictivo con la práctica de las artes marciales yo dejé esa actitud y me volví pasivo. Aquí uno empieza a descargar todo lo malo y a tener otro sentir y otra perspectiva de la vida, una más tranquila”, relató el deportista.
Publicidad
Asimismo, José Miguel Verdugo, practicante del full contact, narró la curiosa manera en la que él y su hermano descubrieron este deporte.
"Desde chiquitos mi hermano y yo jugábamos a pegarnos, así que mi mamá decidió meternos a los dos a practicar este deporte para que nos desgastáramos aquí y llegáramos a la casa a estar tranquilos".
Publicidad
Y es que con el full contact, deporte que mezcla técnicas de boxeo y artes marciales, estos jóvenes han logrado cambiar su estilo de vida, así lo aseguró Eduardo Caicedo, sensei del dojo Nintai.
"El objetivo principal es recuperar los valores, tener autodisciplina, autocontrol, sentido de pertenencia. Nosotros inculcamos esto a través de las artes marciales. Logramos sacar todo lo bueno, nos fortalecemos y nos proyectamos a la sociedad”, aseguró.
Daniel Felipe Ruano, otro de los deportistas, narró cómo cambió su estilo de vida esta actividad: "Aprendí a enfocarme, disciplinarme, sobre el trabajo duro y la constancia del día a día. Este proceso te cambia mental y espiritualmente”.
Son precisamente la constancia y la disciplina las cualidades que ya empiezan a dar frutos, es así como por primera vez en esta disciplina de las artes marciales modernas, Colombia logró sumar su primera medalla dorada en la Copa Internacional de Karate, realizada recientemente en Japón.
Publicidad
Brandon Bonilla, deportista de 12 años y ganador de la presea en mención, relató cómo logró ese triunfo: “Esta medalla de oro la logré conseguir con esfuerzos, dedicación y el entrenamiento del sensei".
Son estos puños y patadas con estilo, fuerza y disciplina los que se tradujeron en medallas, logros y triunfos de estos jóvenes, los cuales convirtieron sus hábitos en un arte marcial.
Publicidad