Dos veces a la semana Gustavo Barona, un taxista de 59 años, recorre las marginadas calles deSantiago de Cali en búsqueda de habitantes de la calle para brindarles algo de comer y una bebida caliente.
Esta labor es realizada por este hombre desde hace más de 8 años. La llegada de la pandemia del coronavirus COVID-19 no lo detuvo y ahora trabaja con más ganas que nunca para ayudar a esta vulnerable población.
“Yo soy taxista y vendo papas rellenas, empanadas y todo eso. De ahí saco para hacer una ofrenda a los habitantes de calle. Les doy café y una caja de comida”, aseguró Gustavo mientras se disponía a repartir los alimentos.
El ángel de la calle aseguró que esta labor la hace sin esperar nada a cambio y que su destino es ayudar a esta población. Por cosas de la vida, Gustavo fue habitante de calle por más de 10 años. Él más que nadie sabe los peligros y carencias que padecen estas personas.
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“Esto es algo hermoso y lindo, ya que esto nace de corazón. El destino me hizo así”, dijo el protagonista de esta historia.
Los habitantes de calle son los más felices cuando ven arribar al taxi de don Gustavo: “A veces uno se acuesta en un andén y lo levantan a uno para que se vaya. Es muy lindo cuando una persona te levanta para darte algo de comer”.
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Gustavo afirma que hasta su último día de vida seguirá brindado ayudas a los habitantes de calle en Cali.