Las autoridades le pusieron la lupa a los terrenos del Municipio con asentamientos ilegales y lanzaron un plan para contrarrestar la problemática.
Se trata principalmente de actividades de control y seguimiento que se realizarán a zonas de reserva, en particular a los Farallones de Cali.
En total, son cerca de 1.000 las hectáreas las que están priorizadas en el sistema de áreas protegidas de la capital del Valle del Cauca, donde solamente están permitidas actividades de protección y de conservación ambiental.
Solo el predio La Yolanda, ubicado en el nororiente de Cali y propiedad del Municipio, tiene 341 hectáreas y es uno de los dos lotes en los que las autoridades adelantan operativos de control ambiental, para evitar que se sigan realizando construcciones artesanales de manera ilegal.
“Apenas están conformando los equipos operativos de los organismos para invadir. Ellos invaden en cuestión de horas, en cuestión de una noche pueden montar un cambuche y, en cuestión de días, pueden hacerte una casa”, informó Jimmy Dranguet, subsecretario de Seguridad de Cali.
El plan para evitar la invasión de lotes, según explicó Carlos Eduardo Calderón, director del Dagma, busca, inicialmente, establecer compromisos con los ocupantes irregulares para que derriben las construcciones.
“Se les conmina, en un plazo perentorio, para que desmonten esos entablados o esas construcciones artesanales que han realizado y luego se hace una visita de verificación para el cumplimiento”, indicó.
Una vez se surta esta etapa, de acuerdo con las autoridades, se procede a realizar un proceso de recuperación de la zona afectada.
Para el próximo sábado 25 de enero, se tiene programado un recorrido por varias zonas de la cuenca del río Cali, que es una de las más afectadas donde hay ocupaciones y actividades relacionadas con minería ilegal.
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