Capturan al general (r) Jorge Romero, salpicado en escándalo de corrupción en la Cuarta Brigada

El Tribunal Superior de Bogotá, por solicitud de la Fiscalía, ordenó su detención por presuntos graves actos de corrupción tras un año de investigación.
Jorge Horacio Romero Pinzón fue uno de los mencionados en la edición de la revista Semana llamada ‘Las Ovejas Negras’, que ya deja nueve personas capturadas, entre ellas cuatro militares activos, por supuestos malos manejos en la Cuarta Brigada del Ejército en Medellín.
Para la Fiscalía, Romero conocía las irregularidades en la contratación de esa unidad militar y no solo no tomó medidas para evitarlas, sino queél mismo archivó las denuncias.  
Una de ellas, hecha por un oficial quien reveló cómo, presuntamente, el coronel en retiro Harold Felipe Páez Roa, entonces comandante del batallón de servicios, y el mayor Edwin Eduardo carrillo, jefe de presupuesto, amañaban los pliegos de los contratos para dárselos a dedo a sus proveedores.
“Ellos, antes de lanzar cada proceso, se reunían con los que servían de proveedores y organizaban los pliegos. Yo esto trataba de impedirlo”, denuncia el oficial anónimo.   
Aunque en las denuncias se hacían señalamientos puntuales, en menos de tres meses fueron archivadas, con este argumento: “Los hechos que se narran en la queja son disciplinariamente irrelevantes, que no hace necesario mover el aparato jurisdiccional disciplinario”.
En contexto: Los audios que enlodan al general Romero en hechos de corrupción en la Cuarta Brigada Pero esa no fue la única investigación que sepultó el retirado general Romero, indagado también por presuntamente haber entregado salvoconductos para el porte de armas a cambio de dinero entre los años 2015 y 2017. Romero igualmente archivó otra denuncia del 19 de septiembre de 2017 por irregularidades en contratación.
Los salvoconductos, cree la Fiscalía, terminaron en manos de personas con antecedentes penales, en su mayoría capos de la banda La Oficina como alias ‘Tom’, ‘Lindolfo’, ‘Pichi belén’ y ‘Chicho’ y sus escoltas, capturados en los últimos dos años.
Del análisis de los documentos hecho por inteligencia militar se determinó que más de la mitad de los salvoconductos, investigados entre 2016 y 2018 en la Cuarta Brigada, llegaron a los capos de La Oficina a través de un coronel vinculado al departamento de control comercio y armas en Bogotá y de un mayor del Ejército adscrito en su momento a la oficina de control de armas en Usaquén.
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