Desde el pasado 20 de abril la Iglesia colombiana ha pedido oficialmente que los templos sean reabiertos y a través de un comunicado el pasado jueves la Conferencia Episcopal volvió a manifestar su anhelo porque los templos católicos puedan abrir sus puertas nuevamente.
En Medellín y su área metropolitana hay 348 iglesias que han permanecido cerradas durante la cuarentena.
En la Parroquia San Juan Evangelista, ubicada cerca del estadio Atanasio Girardot, ya se piensa en las medidas que se pueden adoptar para volver a recibir a sus feligreses.
“Hace falta el calor humano, el calor de la fe, entonces ha sido muy doloroso tener que celebrar solos. Yo transmito por Whastapp el audio de la homilía, como para tener ese contacto con los fieles, que ellos sepan que el párroco está aquí celebrando la eucaristía”, cuenta el sacerdote Mauricio Molina.
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La parroquia se prepara con varias medidas como stickers en las bancas señalando el distanciamiento social.
En cuanto al momento de la comunión donde es inevitable el contacto, el padre Molina explica cómo se haría:
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“La fila tiene que ser, pero como se supone que ahora por lo menos en este tiempo de contingencia vamos a estar muy limitados en la parte de participación de fieles, vamos a tener unas cintas a lo largo de la fila para que se guarde como en los centros comerciales una distancia de dos metros y siempre antes de dar la comunión usar el antibacterial y ya sea que el fiel la reciba en la mano o la reciba en la boca, pero guardando una distancia proporcional y usando siempre el tapabocas”.
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