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Reclusos de la cárcel La Modelo se resocializan por medio de la música, arte y teatro

La Corte Constitucional ordenó al Inpec y al Ministerio de Justicia crear un plan para hacer a los reclusos de la cárcel La Modelo de Bogotá más productivos, pues afirman que ocupar su mente los “hace mejores”.

Por medio de la música, reclusos de la cárcel La Modelo aseguran resocializarse

La Corte Constitucional ha emitido un fallo donde le da 6 meses al Inpec y al Ministerio de Justicia para que adelanten una política de resocialización debido a que varios reclusos de la cárcel La Modelo aseguran que ocupar sus mentes los "hace mejores".

Un ejemplo de estos programas de resocialización es una orquesta de salsa que se formó dentro del penal.

Miguel Ángel Barreto, privado de la libertad, contó que la agrupación se llama Son de Adentro y que no solo cuentan con una orquesta, también con un grupo de teatro, pintura y declamación.

Uno de los reos que se han resocializado por medio de estas actividades es Elkin Ego, quien a través de la música y el timbal ha sentido un poco de libertad “porque en el tiempo que estoy en el ensayo, que son 2 o 3 horas diarias, a uno se le olvida que uno está en la cárcel”.

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Además, Elkin estudia derecho penal empíricamente para ayudar a sus compañeros y ellos lo llaman "el abogado sin título".

Al preguntarle cuántos casos ha ganado, contestó: “Aquí, en La Modelo, he sacado en libertad, o sea les he ayudado para que los jueces definan, a 4 personas. En Villavicencio, a más de 16”.

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Elkin y Miguel Ángel creen que por medio de su proceso de resocialización pueden aportar a la sociedad cuando salgan, pero hay otros que piden a gritos esta oportunidad. Por ello, la Corte Constitucional ordenó que en 6 meses se cree una política de trabajo y reinserción.

Así lo comunicó el magistrado de la Corte Constitucional Jorge Enrique Ibáñez: “Se debe diseñar un programa que le permita a la población privada de la libertad, condenada, esencialmente, tener acceso a unas posibilidades de trabajo que a su turno le garanticen remuneración para poder ayudar o coadyuvar al sostenimiento de sus familias”.

Muchos de los internos aseguran que con oportunidades, las cárceles van a dejar de ser llamadas las universidades del crimen.

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