Son miembros de 13 familias y pertenecen a la comunidad embera dochama. Denuncian que les dijeron que los iban a matar si no salían de su territorio.
Los aborígenes llegaron de la vereda Batatalito al casco urbano de San José de Uré, en Córdoba.
Andrés Chica, defensor de DD. HH., afirmó que grupos armados ilegales que delinquen en la zona “se mueven dentro del territorio indígena porque saben que la justicia ordinaria no ordena allí, entonces, como saben eso, llegan a romper la estructura y a imponer rentas ilícitas y control militar”.
La gobernadora de Córdoba, Sandra Devia, aseguró que se les brindará “atención de primer nivel desde el municipio, en concurrencia con la gobernación, para proteger a las comunidades que se han desplazado”.
Publicidad
Esta situación se suma a las amenazas que, la semana pasada, recibieron trece gobernadores indígenas del sur de Córdoba.
Publicidad