Aunque inicialmente se señalaba a la tripulación, la investigación sobre la muerte del extranjero dio un giro.
Las directivas de la naviera alemana suscribieron en un documento, que fue incluido en la investigación, que el autor de la muerte del capitán Myo Tun Zaw, de 50 años, habría sido perpetrada por un “intruso”.
Este señalamiento abrió dos hipótesis: que el responsable podría ser un polizón o que la embarcación fue abordada por piratas marítimos.
Así, se eximiría de cualquier responsabilidad a los 21 tripulantes del buque mercante que se encontraba en aguas que son jurisdicción de Cartagena.
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