La sequía del afluente en Bolívar ha originado que un multitudinario cardumen de alevinos busque aguas más profundas para poder sobrevivir.
“Cada vez que el río baja sus niveles toda esa cantidad de peces corren el riesgo de quedar estancados y cuando quedan estancados se produce la muerte porque las aguas pierden el oxígeno y se recalientan”, afirmó Francisco Caro, secretario de Gobierno de Calamar.
Miles de estos peces están en plena etapa de crecimiento y mueren en la desesperada travesía en busca de oxígeno y alimento.
Los canales de escape tienen tan poca profundidad, que las colonias de alevinos quedan expuestas a los depredadores terrestres.
Para posibilitar la masiva migración hacia aguas profundas, surge la mano solidaria de los pescadores artesanales a quienes más afectaría una eventual mortandad de peces.
El verano sigue aminorando con crudeza el caudal de los ríos y sus afluentes, lo que parece tener condenados a muerte a cientos de animales.
Updated: febrero 15, 2019 02:44 p. m.