La carrera maratónica que emprendió Carlos Mario Cano, administrador de la cantera en Amagá,suroeste antioqueño, cuando vio cómo un alud de tierra se desprendía, no fue suficiente para salvar su vida.
En pocos segundos la fuerza de la tierra lo alcanzó y lo dejó sepultado.
Él murió junto a Edison de Jesús Cardona, el trabajador que operaba una de las retroexcavadoras, quien ni siquiera alcanzó a salir de ese vehículo.