El Gaula de la Policía realizó una investigación por dos años a esta banda conocida como La Primavera que delinquía en el departamento y reclutaba menores de edad.
Las autoridades descubrieron libros de contabilidad donde había nombres, cédulas, direcciones y pagos que día a día hacían sus víctimas.
En los registros, también aparecían los nombres de las personas que asesinaban por no pagar la extorsión y la identidad del sicario que cometió el crimen y el costo económico del ataque, por eso el miedo a denunciarlos.
En los libros aparecían cerca de 300 víctimas, pero sólo 100 se atrevieron a denunciar.
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También aparecen las cuentas de los jibaros responsables del microtráfico y de las ollas que trabajaban para la organización.
Gracias a las denuncias la Policía ubicó los escondites de los integrantes de la banda y logró capturar a 12 presuntos miembros.
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