Dijo que quienes lo hacen “afectan el Estado de Derecho”. Según expertos, es “nefasta esa postura” y ciudadanos sí pueden vigilar procedimientos policiales.
El general Hoover Penilla, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, entregó las polémicas declaraciones luego de que se cuestionara que agentes hayan metido en carros particulares a jóvenes retenidos en el marco del paro nacional.
Según el alto oficial, los vehículos hacen parte de la institución y fueron utilizados para transportar a los civiles dado que pasaban “casualmente” por el lugar
donde se registraron las retenciones.
Durante esa rueda de prensa, el comandante de la Policía de Bogotá encaró a los periodistas y advirtió, entre otras cosas, que cuestionar los procedimientos de los uniformados es atentar contra el Estado de Derecho.
“Yo les pido el favor, no me cuestionen todo lo que hacen nuestros policías, por Dios. Todo lo que hacen, si miran si no miran, si proceden si no proceden (…) esto también tiene que tener un punto porque estamos, se los digo sinceramente, afectando un Estado de Derecho”, dijo.
Para expertos en el tema como Néstor Rosanía, director del centro de estudios en seguridad y paz, la Policía debe aceptar la supervisión ciudadana. “Tiene que estar permanentemente vigilada por los ciudadanos. Que no se les pueda cuestionar, eso no existe. Tiene que haber una vigilancia”, recalcó.
Johan Avendaño, experto en políticas públicas, también fue tajante: "es nefasta esa postura de la Policía. Realmente él no puede olvidar que Colombia es un Estado Social de Derecho, que la Policía está para acompañar a la ciudadanía, a la organización civil. Él no puede pasar por encima de la Constitución".
Pero no es la única ‘perla’. Esta otra declaración del oficial, dentro del mismo caso de los jóvenes retenidos, también genera interrogantes: “hubo una falla en el procedimiento, debieron haber terminado el procedimiento y llevarla hasta donde correspondía (…) es ahí donde digo que debido a tanto cuestionamiento el policía de la calle se está viendo temeroso, restringido".
Ambos muchachos fueron finalmente dejados en libertad. En el caso de la joven, subida al carro particular frente a la Universidad Nacional, la soltaron luego de que ciudadanos que iban por la carrera 30 empezaran a grabar el hecho y ejercieran presión.
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