Con todos los protocolos de bioseguridad, semanalmente el Gimnasio San Basilio Magno les da una sorpresa a sus estudiantes más pequeños: llega con el aula rodante para que los niños puedan volver a disfrutar del día a día que tenían en el colegio antes del coronavirus .
Viven una experiencia única y por eso se ponen su uniforme. Con el morral y toda la ilusión al hombro, vuelven a ver a sus profesores para seguir aprendiendo.
Dentro de un furgón se creó un aula, con pupitre y tablero, pero que cuenta con elementos adicionales debido a la pandemia.
Tiene instalado un espacio para aplicarse gel antibacterial y donde, con alcohol, rocían la ropa de los niños que van a tomar su clase. El profesor, además, usa guantes que cambia cada vez que recibe a un pequeño distinto en el salón.
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El aula rodante va de casa en casa para que los estudiantes se reencuentren con sus maestros y vivan durante una hora la linda experiencia de estudiar, repasar o hacer sus tareas en algo parecido a lo que tenían antes de marzo.
No solo los niños se emocionan con esta experiencia, los padres han expresado su gratitud por este espacio que les devuelve a los niños el espacio al que añoran regresar al colegio.
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Y los profesores entienden la importancia de apoyar con esta cercanía a los pequeños y sus familias, eso sí con todos los protocolos de bioseguridad.