Trapos rojos, la mayoría de personas cumpliendo la cuarentena, protestas en algunas zonas y mucha solidaridad. Esta es la nueva cara de la capital del país.
Hace cuatro semanas inició el aislamiento preventivo en Bogotá como medida extrema para evitar la propagación del peligroso coronavirus COVID-19.
Todo cambió desde entonces. El Transmilenio se desocupó, las calles están vacías y los trancones desaparecieron. En cambio, creció la preocupación, no solo por la salud, sino por lo que le espera a millones de trabajadores y familias en términos económicos.
Los estudiantes, de colegios y universidades, se están adaptando a recibir clases virtualmente. Mientras tanto, la Policía busca perseguir también a los delincuentes que mutaron a las redes sociales e internet para cometer robos.
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Este es un informe especial de Noticias Caracol. Véalo en el video.
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