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Regalaban muertos de cumpleaños y hacían brujería: así cayó la sanguinaria banda de Los Obispos

Regalaban muertos de cumpleaños y hacían brujería: así cayó la sanguinaria banda de Los Obispos

Tenían a niños como campaneros y controlaban 20 ollas en cinco localidades de Bogotá. Sijín logró infiltrarlos y fue testigo de su sevicia.
Videos en poder de las autoridades evidencian cómo acribillaron a una de sus víctimas. Según los investigadores, ese fue el regalo de cumpleaños de una mujer para su novio sicario.
Ella, dicen, utilizó sus encantos y logró llevar a un hombre hasta el lugar donde sería asesinado.
“Lo ofreció como trofeo a la organización”, explicó un agente infiltrado del grupo contra homicidios de la Sijín.
Abordo de vehículos de alta gama como Audi, BMW y Mercedes Benz sembraban pánico en el sur de Bogotá.
“Mucha gente tuvo que irse del barrio por las amenazas”, contó uno de los afectados.
Autoridades, entonces, adelantaron operativos de inteligencia y lograron infiltrar a un agente en esa organización.
Durante casi un año, descubrió, entre otras cosas, que Los Obispos utilizaban niños para que los alertaran sobre la presencia de extraños o policías.
Una cámara escondida de Noticias Caracol captó cómo funcionaba lo que para autoridades era el centro de operaciones. Desde allí, alias ‘Tin Tin’, señalado como jefe de Los Obispos, decidía a quién asesinar y recibía dinero producto de la venta de alucinógenos, contaron los agentes.
“Tenían azotada a la localidad Rafael Uribe Uribe”, afirmó Daniel Mejía, secretario de Seguridad.
En el operativo también fue capturada una mujer conocida como ‘la Mona’, sindicada de haber matado con sus propias manos a por lo menos tres hombres.
En su casa, los investigadores encontraron un santuario con fotos de sus enemigos o futuras víctimas. Les realizaban brujerías, reveló la investigación.
Estos seguimientos y pruebas permitieron establecer a una fiscal especializada que los casi 20 crímenes atribuidos a la banda se debían a una disputa de territorio por el microtráfico.
Varios de los 20 integrantes del clan confesaron sus crímenes. Un juez envió a toda la organización a la cárcel.

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