Un contador que no tenga su respectiva tapa puede ser una trampa para cualquier ciudadano, por eso los habitantes del barrio Prado Centro, cansados de los robos de este objeto, se ingeniaron una novedosa forma de contrarrestarlo con arte y reciclaje.
Con escombros y ladrillo triturado diseñaron una nueva tapa que además está pintada para decorar artísticamente las calles.
Según EPM, anualmente se pueden robar hasta 2.000 de estas tapas, motivo por el cual esta solución resulta no solo innovadora, sino también económica.