Cuando regresaron a Bogotá les empezaron a llegar cuentas de cobro a sus celulares. El robo, cometido en Kennedy, supera los $17 millones.
Los ladrones rompieron un vidrio de la puerta, suficiente para sacar objetos pequeños de valor y para ingresar a esculcar.
Expertos de la SIJIN intentaron recopilar huellas dactilares para hallar pruebas, pero los delincuentes utilizaron guantes y dejaron pocos rastros.
Los afectados no se explican cómo pudieron realizar las compras y transacciones sin la cédula de los titulares.
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