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Historia de Frankenstein: el gatico que recibió implante de piel tras sufrir machetazo en la cara

El veterinario César Augusto Gallego operando a Júpiter Foto: Cortesía.

De sanar bien de su cirugía, Júpiter necesitará una familia que lo llene de cuidados y amor.

Nadie sabe quién le propinó un golpe con un arma filosa en Puerto Perales, Magdalena medio antioqueño. Lo cierto es que la herida le ocasionó una profunda lesión en su ojo derecho.

En ese momento Júpiter, conocido como Frankenstein luego del trasplante, vivía en un parqueadero, en una zona semirrural, y tras recibir la agresión no se volvió a dejarse acariciar de los humanos.

Mientras tanto, su herida se iba infectando hasta el punto de perder parte de la piel. Para poder controlar su agresividad, tuvieron que suministrarle en la comida un fuerte calmante.

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Tania Galindo es quien se ha estado encargando de su cuidado. Recuerda que sintió mucho pesar al ver el estado del gato en sus manos: estaba débil, no comía, y la casi totalidad de su globo ocular podía verse rodeado de carne infectada y con mal olor.

Sabía que tenía que actuar pronto. Así que decidió tomar una chalupa y trasladarse desde su pueblo hasta la veterinaria más cercana ubicada, a más de 20 kilómetros, en Puerto Boyacá (Boyacá).

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El veterinario César Augusto Gallego (foto) lo recibió en su consultorio sorprendido.

De inmediato lo examinó, le lavó la herida cuidadosamente y le aplicó antibióticos. Advirtió, con alegría, que su ojo aún funcionaba.

Luego de algunas horas de reposo y de evaluar posibilidades para reparar el vacío de piel que tenía Júpiter en su rostro, decidió realizar una delicada cirugía.

Extrajo parte de piel de su cuello y se la reimplantó.

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“El mayor temor que tuvimos era que esta piel no se adaptara y no recibiera la sangre suficiente para sobrevivir”, manifestó el veterinario.

Ya han pasado tres días desde entonces y tras superar un estado crítico, Frankenstein ahora se pone de pie y comienza a comer por sí solo.

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Su apodo lo recibió de la famosa película de ciencia ficción.

Falta mucho para la recuperación, lo cierto es que poco a poco muestra mejorías.

“Ahora lo que necesito es solidaridad. Mantener a un gatico en este estado tiene sus costos”, manifestó Tania Galindo, quien pide a las personas que quieran ayudarle comunicarse con ella al número 320 4445501.

De las cosas transcurrir bien, ahora Júpiter necesitará una familia que lo llene de cuidados y amor.

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Tania también tiene una cuenta de Facebook donde publica las actividades que realiza en el corregimiento de Puerto Perales, en el municipio de Puerto Triunfo:

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