La increíble historia de dos mascotas que dejaron a la muerte esperando

Estaban consumidas por la sarna y el moquillo, pero la voluntad de tres personas y una cadena de donantes las salvaron. Ahora buscan quién las adopte.

Se llaman Danna y Susy y fueron recuperadas de la vía que conduce de Supía, Caldas, a Medellín, un día en el que la sarna les había invadido el cuerpo.

“Fue el 8 de diciembre. Yo iba en mi moto para Pereira y las vi cerca del peaje de Supía. Estaba haciendo un solazo y no tenían agua ni cuido y lo peor era que no había dónde comprarles”, recuerda Carlos Giraldo, un itagüiseño dedicado al cuidado de los animales y su protección.

De regreso a Medellín, recibió la ayuda de una mujer, quien le manifestó que el estado de salud de las dos perras estaba en peligro, pues habían sido quemadas con ácido.

Con una fotografía que le enviaron de Supía, Carlos elaboró un video y lo puso a circular en internet en busca de ayuda para salvarles la vida a las dos ‘hermanitas’, como llama a Danna y Susy.

Una de sus seguidoras en Facebook respondió al llamado y le tendió la mano para que las trajera desde Supía (a unas tres horas de recorrido en carro) hasta Medellín.

Al llevarlas a la veterinaria para que les empezaran el tratamiento contra las supuestas quemaduras, se percató de que no eran lesiones con ácido sino el efecto de los parásitos que provocan la sarna y como si no fuera suficiente, el médico diagnosticó una palabra que en muchos perros cachorros, como ellas dos, es sinónimo de muerte: tenían moquillo.

“Quedaron hospitalizadas. El problema ahora era conseguir la plata. La hospitalización y el tratamiento costaron 3 millones de pesos”, recuerda Carlos.

Al ser dadas de alta, la otra tarea era conseguir un hogar de paso, mientras alguien las adopta. Y en esa labor ha sido fundamental el trabajo de Carlos, quien ha producido videos y fotografías para que sus seguidores se enamoren de las dos perras, dos criollas de color café que no pasan del año de nacidas.

“Les ha tocado sufrir mucho y ahora están gozando juntas. Ojalá haya alguien que las adopte, pero juntas”, afirma Carlos, uno de los gestores de este ‘milagro’ que tiene a estos dos animales viviendo una segunda oportunidad en este mundo y dándole una espera a la muerte.