Los afectados pasaron la noche en la calle por miedo a una avalancha, pero junto a sus viviendas en Caracolí, Ciudad Bolívar, para evitar que los robaran.
“Grité a mis hijas y les dije que se salieran de la casa y comenzó de una vez a desplomarse esa montaña”, relató Doris Cárdenas, una de las propietarias de las casas que pueden venirse al piso en cualquier momento.
Dicen que no se pueden mover del lugar porque hasta ahora ninguna autoridad les ha ofrecido ayuda ni seguridad.