Los habitantes de 215 barrios de la ciudad prefieren dejar de bañarse unos días para poder conservar la poca agua para cocinar.
Ante la emergencia, ocasionada por la falta de lluvia y el bajo caudal de los ríos, las autoridades se han visto obligadas a repartir el líquido en cincuenta camiones cisterna.
En ocasiones, los integrantes de las más de 900 familias afectadas al oriente de Santa Marta deben caminar hasta un kilómetro para abastecerse.
Otros deben comprar litros de agua para suplir sus necesidades.
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