María José tiene 7 años y una discapacidad auditiva. Cursa segundo grado en un colegio regular y la noticia de que en agosto empezará de nuevo a ver clases inquietó a su mamá, que ya veía con preocupación cómo el uso del tapabocas se había convertido en una barrera de comunicación.
“Nosotros gesticulamos más despacio, tratamos de vocalizar bien para que ellos nos entiendan. Entonces, al estar en el colegio, y la profesora con la boca cubierta, ¿cómo van a hacer?”, explicó Nanny Garzón Montoya.
Ante esta situación, esta mujer se las ingenió para crear un tapabocas incluyente que le permitiera a su hija y a otros niños con capacidades auditivas limitadas, comunicarse en medio de la emergencia por elCOVID-19.
Es así como con una lámina de plástico transparente y telas de dibujos divertidos, personalizó sus tapabocas con ayuda de Maritza Ortiz, una ama de casa que le ayudó a materializar la idea.
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Ahora quiere que los colombianos piensen en los más de 550.000 habitantes que padecen discapacidades auditivas y que están pasando dificultades comunicativas por cuenta del coronavirus.
“Es crear esa empatía en todos los colombianos. Nosotros, los que los debemos usar para que ellos nos puedan entender, entendemos la necesidad que existe”, señaló la creadora de los tapabocas incluyentes.
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Instituciones como el Ejército en Cali aplaudieron la iniciativa y ya los están usando.
“Nosotros vemos viabilidad para apoyar este tipo de elementos que nos van a servir y facilitar la comunicación”, aseguró el coronel Henry Mauricio López, comandante de la Tercera Brigada del Ejército.
La idea de utilizar tapabocas incluyentes fue presentada a través de un proyecto de ley ante el Congreso de la República y busca que lugares de servicio médico, educativo y financiero, exijan su uso.