La suspensión del transporte marítimo de pasajeros en el Golfo de Urabá impide que estas familias lleguen a Panamá. Además, no hay agua potable.
Las medidas tomadas por la pandemia del coronavirus tienen varados a 300 migrantes en Necoclí (Antioquia), lugar desde donde pretendían hacer camino hacia Estados Unidos. Por eso, la Alcaldía adecuó un albergue temporal para alojarlos y darles alimentación.
“Lo único que queremos es que nos cumplan, dijeron que el 14 o el 15 nos van a dar salida y creemos en su palabra. Pero de resto la comida, el trato y todo están bien”, manifestó uno de los varados, proveniente de Haití.
La situación de los migrantes en el improvisado albergue, no solo es preocupante por el hacinamiento, como posible foco de enfermedades, sino porque Necoclí completa dos semanas de haber declarado la emergencia sanitaria debido a la falta de agua potable.
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“Esta cantidad de migrantes obviamente nos pone en riesgo al resto de la población, la solución es que permitan que sigan su tránsito o que nos ayuden para al menos sostener las ayudas humanitarias que en este momentico les estamos ofreciendo”, pidió el alcalde Jorge Tobón.
El éxodo de migrantes a través del Tapón del Darién es un drama histórico al que se enfrentan las autoridades de los municipios ubicados sobre el Golfo de Urabá, en la frontera colombo-panameña. Los alcaldes de estas localidades claman apoyo del Gobierno Nacional.
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Los más de 300 migrantes que viven en el coliseo mayor del municipio de Necoclí, el cual ha sido adecuado como albergue improvisado, esperan pronta solución a su dificultad.