El principal sospechoso es un sobrino de la víctima, que ella acogió en su hogar cuando el mundo le dio la espalda porque consumía drogas, según la Fiscalía.
Los hechos sucedieron el domingo 26 de agosto en una vivienda del barrio Los Girasoles, en Bello, un municipio vecino de Medellín.
Según el ente acusador, las autoridades encontraron el cuerpo de Doris Milena Franco Franco, de 39 años, en su casa con lesiones en la cabeza provocadas por un objeto contundente.
El lugar evidenciaba desorden y en medio de este, los investigadores encontraron la cabeza de un martillo “de gran tamaño, al parecer, utilizado para perpetrar el homicidio”, informó la Fiscalía.
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Cuando los familiares de la mujer revisaron el lugar, se percataron de que habían sido sustraídas una alcancía en forma de trofeo y una pequeña cadena de oro.
Informaron a los funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) y estos durante la inspección al lugar encontraron dos pistas certeras para dar con el responsable: una huella dactilar impresa en una de las ventanas del inmueble y un par de zapatos tenis y una ropa untada con sangre que fueron abandonados en la cocina.
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Durante las pesquisas, descubrieron que el rastro dactilar dejado en la ventana correspondía al pulgar izquierdo del propietario de la ropa y este, según la Fiscalía, fue capturado.
Fue identificado como Santiago Franco Padilla, de 19 años, el sobrino de la víctima que según la Fiscalía había vivido por lo menos un mes en casa de esta “ante la negativa de otros familiares de recibirlo por ser de consumidor de estupefacientes”.
El cotero de oficio cayó en manos de la policía en inmediaciones de la Plaza Minorista de Medellín y en las audiencias preliminares negó los cargos imputados por los delitos de homicidio agravado y hurto calificado y agravado. Fue enviado a prisión por un juez de control de garantías.
Fotos: cortesía
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