Inteligencia militar en el sur del país descubrió que están en busca de ametralladoras, fusiles R 15 y granadas.
En promedio, estos grupos residuales están comprando armas entre 100 y 1.000 dólares cada una, entre ellas fusiles y pistolas. Mil dólares cuesta un kilo de clorhidrato de cocaína recién producido en una cocina en las selvas de Colombia.
Según las mismas fuentes, las armas para las disidencias estarían entrando por cuatro puntos del país: Pacífico, el oriente, el sur, y en el golfo de Urabá, en la parte norte. Estarían llegando, sobre todo, desde de los mercados ilegales de Venezuela, Ecuador, México y Guatemala.
También hay información en poder de las Fuerzas Militares que indica que esas disidencias se estarían armando con material bélico que habría quedado encaletado y enterrado en el proceso de paz.
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Inteligencia militar tiene información que en las disidencias hay cerca de 3.000 hombres repartidos en 30 estructuras que están ubicadas en los departamentos de Antioquia, Córdoba, Norte de Santander, Arauca, Vichada, Guainía, Guaviare, Putumayo, Caquetá, Nariño, Cauca y Valle del Cauca, la gran mayoría de estas zonas ubicadas en frontera.
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