Las dos más recientes víctimas, que ojalá fueran las últimas, son dos niñas que fallecieron en hospitales del Atlántico.
La primera, de un año, perdió la vida en Barranquilla. Presentaba desnutrición severa.
Y la segunda, con una edad de año y medio, falleció en una clínica de Baranoa a la que había sido remitida desde Uribia, La Guajira.
Esta última menor tenía el peso de un recién nacido.
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