“¡Seguimos adelante!”, esa parece ser la consigna de un diario que ha sobrevivido a atentados e incluso, en algún momento, a la censura de la Iglesia.
El Espectador nació el martes 22 de marzo de 1887 en Medellín, bajo la dirección de Fidel Cano Gutiérrez, a quien un año después encarcelaron durante 18 meses.
Por esa época la Iglesia católica decretó, so pena de incurrir en pecado mortal, que ningún cristiano podía leer el periódico.
En 1934 entró al diario Emilia Pardo Umaña, pionera del periodismo femenino en Colombia. También ha sido la casa de dos grandes caricaturistas de Colombia: Ricardo Rendón, en la primera mitad del siglo XX, y Héctor Osuna, que acaba de cumplir 60 años de carrera.
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El Espectador además tuvo en sus páginas las palabras de autores y cronistas como Luis Tejada Cano, Porfirio Barba Jacob, León de Greiff y Gabriel García Márquez, quien trabajó como escritor, redactor, corresponsal y columnista.
Su contrato de abril de 1955 en el que se especifica su salario de 800 pesos al mes se guarda como un tesoro en el diario.
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En 1986, el nieto del fundador del periódico, Guillermo Cano, fue asesinado de ocho balazos por el cartel de Medellín, por el criminal Pablo Escobar.
Una bomba, puesta contra el Espectador tres años después, tampoco calló sus denuncias.
“Los colombianos no dejan que muera una voz como esta, precisamente porque saben y conocen la importancia de un periodismo como el que hace El Espectador”, afirma su actual director, Fidel Cano Correa.
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