En el 2018 se han registrado más de 18.000 denuncias, según el centro cibernético de la Policía.
1. Compras por correo electrónico:
A través de estos mensajes fingen ser clientes. Para ganar credibilidad suplantan en los nombres las páginas gubernamentales. En esta modalidad, conocida como BEC (Business Email Compromise), hacen que la gente pague por productos o servicios que nunca llegan. También hacen pedidos, pero jamás los pagan.
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2. Estafa por teléfono:
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Los delincuentes husmean las redes sociales de sus potenciales víctimas y toman datos relevantes. A partir de esa información, crean ‘ofertas’ que se acomoden a las personas y estas terminan estafadas.
3. Estafas amorosas:
Conquistan a los clientes con ofertas sexuales o de acompañamiento a través de perfiles en plataformas. Piden cancelar por adelantado el costo, que por lo general va desde los $50.000 hasta los $500.000. Al final la cita nunca se concreta.
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4. Suplantación de páginas web:
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Aparentemente las ofertas llegan desde una página original, pero al observar detenidamente se nota que hay un signo o una letra de más. “Resulta que va direccionado a otro servidor”, explican autoridades.
5. Fraude en comercio electrónico:
Las fincas en los llanos y el Eje cafetero son las más usadas para la estafa que consiste en ofrecer predios “por debajo de los legales y eso hace atractivo para que la gente vaya, los busque o llame, y haga la consignación”.
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Autoridades recomiendan evitar dar clic a los enlaces y anuncios recibidos a través de correo electrónico, tener precaución con los compradores desesperados y ante cualquier duda comunicarse a la página del CAI virtual de la Dijín .