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Dejó todo para estudiar cocina en el Sena y representó a Colombia en Expodubai

Angélica es sola una de los miles de aprendices de una de las instituciones públicas más importantes para la formación y formalización de colombianos. Historias que inspiran.

Estudiar en el Sena, un salto de fe que llevó a esta aprendiz a representar a Colombia en Expodubai

Una de las instituciones públicas más respetadas del país es el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena. Millones de colombianos se han formado de manera gratuita en programas técnicos y tecnológicos.

Con más de sesenta años de vida, el Sena ha sido una importante columna del empleo en doce sectores de la economía colombiana: salud, servicios, comercio, agro, construcción, electricidad, sistemas, entre otros. Cuenta con 117 centros de formación en el Colombia, en zona urbana y rural.

“¿Nosotros qué hacemos? Eso, formar con pasión hacer que el aprendiz de verdad sienta en sus venas, no sangre sino café”, dice enfáticamente Ruth Barrera Téllez, instructora de barismo en el Sena Santander.

Ruth es la primera mujer de Colombia que fue reconocida como juez internacional de baristas. Su aprendizaje se dio hace 30 años en el centro de Servicios Empresariales del Sena regional Santander, que actualmente atiende a más de 17 mil jóvenes.

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Allí también se gestó el laboratorio de calidad del café, de donde se apalancan 32 mil familias cafeteras del departamento y se forman aprendices. Ni la pandemia logró detener la formación de emprendedores, caficultores y estudiantes. La idea es que cada persona que pasa por estos ambientes especializados pueda aprender a tomar y reconocer las características de un buen café.

“De lo que más me siento orgullosa es de estar en el Sena, de estar en este centro de servicios empresariales y turísticos y con este magnífico equipo de trabajo que nos ha apoyado para hacer realidad este laboratorio de café, donde podemos enseñar, porque uno no se puede morir con el conocimiento. Aquí lo que hacemos es transferir el conocimiento y solamente con eso ya yo me voy feliz”, asegura Ruth.

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La Guajira

El Sena cuenta hoy con 33 regionales haciendo presencia en todo el país y brindando educación de calidad y gratuita.
En Fonseca, La Guajira, está ubicado el centro agroempresarial y acuícola, con alrededor de 11 mil estudiantes que se benefician de los programas agropecuarios, de acuicultura, artesanía, desarrollo de software, multimedia, turismo, producción ganadera y confecciones.

Allí, entre hilos, máquinas y fileteadoras también soñó estar Andrea Carolina, quien desde el año 2017 comenzó su formación.

“Yo soy profesional en comercio exterior, pero desde pequeña la creatividad, la manualidad, han hecho parte de mi vida, entonces luego terminé la carrera, enseguida me inscribí en el Sena en la ficha de patronaje industrial de prendas de vestir, es algo que me apasiona, me gusta muchísimo”, cuenta.

Y su proceso de aprendizaje no termina y hoy la marca de pijamas que lleva su nombre llega a diferentes ciudades del país.
En esta misma sede, Gisela Sierra hace 25 años fue aprendiz del SENA en los programas de confección y hace 15 años es instructora en el área de confección industrial y patronaje, donde ha visto crecer a sus alumnas.

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“Yo siento muchísimo orgullo como instructora, orgullo como fonsequera porque, al igual que esos aprendices, yo soy fonsequera y queremos mostrar que desde La Guajira también estamos haciendo cosas, también hay talento, que hay personas capaces de hacer cosas hermosas”, enfatiza.

Bogotá

Y, en Bogotá, Angélica Reina, que realiza un técnico en cocina adelanta sus prácticas en uno de los mejores hoteles del país, cuenta cómo su inició en el Sena fue salto de fe del que no se arrepiente.

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“Antes yo había estudiado administración financiera, era comercial en una empresa de tecnología, pero toda la vida me apasionó la cocina desde pequeña me gustaba crear platos, cocinar, entonces como que todo el tema de la pandemia me hizo reflexionar, decidir que quería hacer lo que me gustaba y quería ser feliz en lo que hiciera, entonces me presente al Sena, pase feliz de estudiar acá, cambio mi vida totalmente, decidí dejar mi trabajo, dedicarme a lo que me gusta, que es la cocina”, relata.

Trabajaba de día y estudiaba de noche y los fines de semana, pero ese empeño fue el que la llevó a Expodubai, donde fue una de las exponentes de lo mejor y de la diversidad de la gastronomía colombiana que enseña el SENA y la calidad de sus profesionales.

“Escogí el Sena porque te forma como trabajador, como profesional, y aparte te ubican laboralmente, entonces no hay institución así, que haga eso, por eso escogí el Sena”

Bogotá atiende hoy a 576.400 personas como Angélica, no solo en el centro nacional de hotelería, cuenta también con 15 centros de formación y un total 1220 opciones en su portafolio educativo en diferentes áreas.