Rusia es la gran favorita en la final de Eurovisión de este sábado por la noche en Estocolmo, que se convertirá en la edición más vista de la historia, con el cantante Justin Timberlake como estrella estadounidense invitada.
Eurovisión pisa fuerte este año con su primera retransmisión en directo en Estados Unidos, lo que permitirá batir el récord de 197 millones de telespectadores del año pasado.
"El concurso de Eurovisión de la canción es ahora un verdadero fenómeno mundial", se felicita el productor Jon Ola Sand.
Los fans verán a Justin Timberlake interpretar en primicia su nuevo single "Can't Stop the Feeling", una canción llena de entusiasmo que habría podido ganar el concurso.
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Entre los 26 finalistas, 25 europeos y una australiana, las apuestas se fijan en una estrella venida del frío: el ruso Serguei Lazarev, famoso no sólo en su país sino también en muchos otros del este, gracias a su carrera de cantante, actor y presentador de televisión.
El artista, de 33 años, que ha criticado a menudo el ambiente homófobo en Rusia, cumple todos los requisitos para proclamarse ganador: una canción llena de energía ("You Are the Only One"), un número coreográfico impresionante a nivel visual y un buen nivel de inglés.
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Sus grandes rivales serán Australia, Francia y... Ucrania, que presenta un tema repleto de connotaciones políticas.
El país estará representada por Jamala, tártara de Crimea de 32 años, que con su canción "1944" trata la deportación ordenada por Stalin de su pueblo, entre ellos su bisabuela. Cantará en inglés y en su lengua tártara, "porque está en mi sangre", explica.
Los seguidores de otros programas musicales de telerrealidad se sorprenderán al ver los cambios en la votación de esta nueva edición del festival, con un final lleno de suspense hasta el último momento.
Según los organizadores, el antiguo método para votar, donde cada país otorgaba sus puntos y el ganador se conocía incluso antes de que se pronunciaran los últimos miembros, "no era bueno para la televisión".
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Esta vez, los miembros del jurado profesional darán en primer lugar su veredicto para dar una tendencia del resultado.
Pero los verdaderos jueces serán los ciudadanos europeos, instalados delante de sus pantallas, ya sea el televisor o el ordenador. Porque este año la final será retransmitida también en Youtube, dándole una parte de los beneficios a Google, hasta ahora reservados a las cadenas de televisión públicas europeas.
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Al final de la retransmisión, poco antes de las 22H30 GMT, el voto de los telespectadores decidirá quién se proclama ganador de esta edición.