El 27 de septiembre de 2003, Nicolás Elías Mendoza Daza, reconocido como Colacho Mendoza, murió a los 67 años y dejó un vacío gigante en el mundo vallenato. El acordeonero siempre será recordado como uno de los más grandes de Colombia.
“Es muy difícil superar el legado que dejó el maestro Nicolás Elías, porque la nota de él solo sale para él”, subrayó en Expediente Final Rafael Santos Díaz, cantautor vallenato.
El legado de un maestro
El artista fue uno de los principales acordeoneros en la historia de nuestro país, quien se hizo rey vallenato enfrentando a nada más ni nada menos que al gran Alejo Durán. El Colacho Mendoza es sin duda, un peso pesado del vallenato en Colombia.
“Será siempre el acordeonero más recordado de nuestro folclore vallenato porque abrió trochas donde hoy en día hay pavimento”, señaló Rafael Santos.
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Sin embargo, antes de alcanzar la fama, pocos sabían que el primer Rey de Reyes tuvo un pasado cargado de necesidades y penurias, él llegó del campo incluso hasta vendió lotería y pensar que luego estaría en tarima con figuras tan importantes como Jorge Oñate, Poncho Zuleta, el maestro Rafael Escalona, Silvio Brito y hasta el mismísimo Diomedes Díaz.
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Una vida de luchas y triunfos
Nació en San Juan del Cesar, La Guajira, cuna de los grandes artistas vallenatos. Su padre, Julio Mendoza, se dedicaba a fabricar armas y fue la primera persona que vio en su hijo el amor por la música. Con el poco dinero que pudo reunir le compró su primer acordeón sin saber que ese sería el pasaporte para que Colacho se convirtiera en leyenda.
Para 1953, con 17 años, llegó a Valledupar buscando labrarse un futuro mejor, comenzó a vender lotería en las calles. Con el tiempo y sin proponérselo, se convirtió en el compañero de las exclusivas parrandas del maestro Rafael Escalona. Gracias al compositor de La casa en el aire, Colacho Mendoza fue el primer acordeonero en llegar a la Casa de Nariño.
Poco a poco Colacho se fue labrando su destino como acordeonero y compositor. Pasó a trabajar con Leandro Díaz. En el Festival Vallenato de 1969 se quedó en la retina de los amantes del folclore luego del icónico enfrentamiento de Colacho Mendoza y Lisandro Meza, aún la polémica sigue latente sobre quien merecía la corona.
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Tiempo después, Colacho Mendoza ratificaría su talento al obtener 18 años después la corona de Rey de Reyes Vallenato, dejando atrás a su contrincante Alejo Durán.
Colaboraciones memorables
En la década de los 80, ingresó a trabajar con Diomedes Díaz. “Desde entonces lo que le transmite el maestro Colacho a mi padre es experiencia, pero de la buena”, aseguró Rafael Santos en Expediente Final.
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Dicen que el artista tenía un gran carácter, que ha sido el único acordeonero capaz de negarse a continuar trabajando con el Cacique de la Junta.
Colacho Mendoza enfrentó diferentes quebrantos de salud, pero nunca se quejó por eso. Sufría de visión borrosa y con el tiempo los médicos le diagnosticaron cataratas, también padecía de inflamación intestinal. Tenía varios problemas médicos que con el tiempo lo llevaron a la muerte.
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Su última parranda fue el viernes anterior a su muerte, en un homenaje que le hizo el Congreso de la República, al destacado compositor Gustavo Gutiérrez. Allí interpretó canciones del maestro Rafael Escalona. Días después un infarto lo alejó de sus acordeones y un gran duelo estremeció al mundo vallenato.
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Un legado que perdura
En una casa ubicada en el barrio Obrero de Valledupar permanecen intactas las pertenencias del reconocido artista, las cuales son cuidadas celosamente por su hijo el rey vallenato Wilber Mendoza. El legado de Colacho Mendoza perdura en los amantes de este género musical. Su vida, marcada por la lucha y el talento, dejó una huella imborrable en el folclore nacional.