El testimonio de Katia Bustamante es un reflejo de las implicaciones del matrimonio infantil en Colombia. Cuando solo tenía 14 se convirtió en esposa de un hombre 11 años mayor y, rápidamente, también quedó en embarazo. Los Informantes conoció su historia.
La joven nació en Cartagena, en una familia compuesta por siete hermanos. Un hogar donde reinaba la pobreza, el hambre, las adicciones y la violencia intrafamiliar, situaciones que la empujaron a tomar esta decisión, pese a las advertencias de su madre.
“Yo decía: ‘soy una niña todavía, ¿por qué estoy con él?’”, recordó Katia.
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El embarazo a los 15 años
Katia pensó que esta unión era un escape a su realidad y así tendría un futuro mejor, pero no fue así. Todo era un espejismo.
“Tenía que cocinar, lavarle los zapatos, atenderlo cuando él llegara de trabajar, como, por ejemplo, servirle la comida, quitarle los zapatos. Incluso, cuando él trabajaba tenía que llevarle el almuerzo", aseguró Katia.
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Al poco tiempo, con 15 años, Katia quedó embarazada. Nunca recibió educación sexual ni en su casa ni cuando iba al colegio.
“Mucho sufrimiento, llanto, soledad. Ser esposa y madre a la misma vez es un trabajo muy fuerte, aun cuando uno no está preparado para la vida, un golpe fuerte... luchar por ese bebé para que no pase por lo mismo”, afirmó.
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Hoy, Katia está recuperándose, vive donde su abuelo, va a la Juanfe, una fundación que trabaja para romper los ciclos de pobreza de madres adolescentes vulnerables en Colombia. Allí estudia para trabajar en hotelería y recibe ayuda psicológica.
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Matrimonio infantil en Colombia
Estas uniones tempranas son círculo vicioso que solo trae desigualdad, deserción escolar, violencia y embarazos adolescentes. En Colombia, la legislación actual permite el matrimonio infantil a partir de los 14 años con autorización de los padres, una norma que ha demostrado ser incapaz de proteger los derechos de las niñas y adolescentes.
En el Congreso se está tramitando el proyecto de ley ‘Son niñas, no esposas’, el cual está cerca de cambiar esta realidad al aumentar la edad mínima para casarse a los 18 años. La iniciativa se ha presentado en nueve ocasiones, pero es la primera vez que llega a una instancia tan avanzada: únicamente le falta el debate en la plenaria del Senado.
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Ojalá que el Congreso de Colombia escuche este testimonio. Es por ahí donde empieza la lucha contra la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades.
"Yo opino que no debería ser legal eso y que deberíamos de hacer campaña y reuniones sobre eso para decirle no al matrimonio infantil, eso no lleva nada bueno, debemos romper esa cadena”, aseguró Katia Bustamante. La vivió ella, pero el llamado es el mismo: son niñas no esposas ni madres. Ojalá que la novena sea la vencida.
Reviva la historia completa de Los Informantes acá:
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