Aparentemente el hombre se acercó pensando que estaba ante un cadáver y fue cuando le clavó las astas.
Thomas Alexander era un veterano cazador de 66 años y de fina puntería. Se internó en un bosque de Arkansas, Estados Unidos, y le disparó al animal.
Creyó tener su trofeo asegurado y se acercó, pero el ciervo aún tenía fuerzas para levantarse y atacarlo.
Alexander alcanzó a comunicarse con su esposa y las autoridades decidieron asignar un helicóptero para sacarlo de la zona. Antes de que lo subieran a la aeronave, dejó de respirar.
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Una ambulancia lo trasladó hasta el hospital, donde lo declararon muerto.