Alto en grasas saturadas, alto en azúcar, sodio o calorías... Los chilenos deberán acostumbrase a ver advertencias similares a las de "Pare" en envases de alimentos poco saludables y olvidarse de golosinas como el "Kínder Sorpresa", al arrancar una ley que busca detener sus altísimos niveles de obesidad.
Como uno de los mayores consumidores de bebidas azucaradas, helados y pan de la región, más del 60% de los adultos chilenos tiene exceso de peso, mientras que un tercio de los menores de seis años padece de obesidad o sobrepeso, según datos oficiales.
Tras años de tramitación parlamentaria y superar un intenso lobby de la industria, una nueva Ley de Etiquetado comenzará a regir en Chile en una semana más, estableciendo vistosas advertencias similares a un disco 'Pare' del tránsito en los envases de alimentos altos en grasas saturadas, azúcares, sodio y calorías.
"Tenemos una sociedad muy, muy enferma y era necesario tener políticas públicas muy fuertes", dijo Samuel Durán, presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile, el tercer país en la región con niños menores de seis años obesos (9,3%) y donde la incidencia de diabetes aumentó más de un 80% en la última década.
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Adiós al ‘Kinder Sorpresa’
Pensada especialmente en los niños, la normativa prohíbe la venta de los alimentos poco saludables en colegios y la entrega junto con ellos de juguetes, impidiendo la comercialización, por ejemplo, del popular "Kinder sorpresa" y obligando a las cadenas de comida rápida como McDonal’s o Burger King a reformular sus "Cajita feliz" para niños.
Ferrero, fabricante italiano del huevo de chocolate con un juguete en su interior, rechazó la medida, asegurando que se reserva su derecho de impugnarla en instituciones nacionales e internacionales, ya que la normativa chilena "afecta la reputación de uno de sus productos más populares".
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La nueva ley se tramitó por cinco años en el Congreso y requirió de otros cuatro para la adecuación de la industria, que calcula son unos 8.000 los productos lo que deberán cambiar sus envases.
A través de las vistosas advertencias se busca que los consumidores identifiquen rápidamente la composición de productos que muchas veces se presentan como saludables.
"Es muy distinto consumir algo a sabiendas de los responsables, a consumir algo engañado, pensando en que estás consumiendo un alimento sano y les estas dando un alimento sano a tus hijos", dijo a la AFP el senador Guido Girardi, principal promotor de la normativa.
Hoy, por ejemplo, muchos padres asumen que les están dando un alimento saludable a sus hijos cuando adicionan cereales en el desayuno, y en realidad, lo que hacen es aportarles una harina que contiene "un 40% de azúcar y cantidades enormes de sal", agrega el senador.
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La normativa ataca también la publicidad de estos productos, prohibiendo sus anuncios en programas para niños y obligando a las empresas a retirar de sus envases cualquier gancho que pueda atraer su atención, como caricaturas o láminas autoadhesivas.
Sedentarismo y alimentos ultraprocesados
Un cambio drástico en la dieta, con el privilegio de alimentos ultraprocesados, y un alarmante aumento del sedentarismo están detrás del incremento de las cifras de obesidad y sobrepeso en Chile.
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Especialmente preocupante es el caso de los niños. Si en la década de los 70 la lucha era en contra de la desnutrición infantil hoy lo es el sobrepeso.
El crecimiento económico junto con políticas que no han privilegiado el consumo de alimentos tradicionales llevaron a las familias a adicionar cada vez más alimentos ultraprocesados en la dieta de los niños, explicó a la AFP Roberto del Águila, médico epidemiólogo y consultor de la Organización Panamericana de la Salud.
Y es en los colegios donde los niños en su mayoría adquieren estos productos: los escolares chilenos de escuelas públicas gastan un dólar cada día en golosinas.
Preocupa especialmente el alto consumo de bebidas azucaradas. México y Chile son sus principales compradores en la región de este tipo de bebidas, que en una porción de 600 CC significa un consumo de entre 12 a 14 cuchadas de azúcar.
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"Gran parte de los malos hábitos alimenticios adoptados por los chilenos se debe a lo que se denomina como 'cocacolonización' del mundo, que es el masivo consumo de bebidas azucaradas y otros productos alimentarios con elevados índices de grasas saturadas", dijo a la AFP Manuel García de los Ríos, diabetólogo y premio Nacional de Medicina 2016.
A la par del aumento del consumo de este tipo de alimentos, se registra un aumento del sedentarismo, especialmente en niños.
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"Los niños chilenos hoy día no juegan como lo hacían antes. Hay una ingesta elevada de calorías, grasa y azúcar, y por otra parte, una inactividad física que es enorme", alerta el presidente de los nutricionistas.