Según explicó la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal argentina, varios locales de juego de la periferia porteña estaban entregando a los bancos de la zona dinero en desuso que debía estar depositado en el BCRA, lo que les llevó a sospechar de algún empleado.
Durante un registro en la casa que la detenida posee en el municipio de Berazategui, en el conurbano bonaerense, la policía incautó 90.000 pesos en billetes inutilizados por la entidad emisora y que debían estar en sus arcas.
Los investigadores creen que la empleada retiraba billetes de 100 pesos, los de mayor denominación, que habían sido apartados por roturas o manchas antes de que pudieran ser enviados a la planta de destrucción de papel moneda que el BCRA posee en la provincia de Santiago del Estero, al noroeste de Buenos Aires.
La sospechosa presuntamente cambiaba esos billetes por fichas en bingos y casinos y, pasadas unas horas, volvía a retirar el dinero depositado, esta vez en billetes legales de la caja del local.
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El papel moneda tiene una vida media de tres años, pero los problemas de inflación argentina, que alcanzó un 7,1 % en los dos primeros meses del año según reconoció el Gobierno, hacen que los billetes se usen más y se desgasten antes, lo que obliga a reemplazarlos más rápido.