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Historias conmovedoras y rescates alimentan esperanzas tras terremoto en Taiwán: “Tengo suerte"

Pese a que aún hay 38 personas desaparecidas y unas 600 atrapadas en áreas incomunicadas tras el terremoto en Taiwán, se conocen nuevas historias con finales felices en los que prevalece la vida.

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Mientras los organismos de rescate de Taiwán continúan buscando a decenas de personas que siguen desaparecidas después del terremoto del pasado 3 de abril, el mundo conoce de a poco algunas historias de héroes anónimos que salvaron varias vidas.

Uno de los casos conmovedores corresponde al acto heroico del personal de enfermeras de un hospital que arriesgó todo por mantener a salvo a 15 bebés recién nacidos dentro de las cunas que se tambaleaban en pleno sacudón.

“Por supuesto que estábamos muy asustadas, pero creo que este es el instinto natural del personal de maternidad. Los bebés son pacientes y su seguridad es de suma importancia”, comentó Chen Ying-Chin, supervisora del Centro de Maternidad Ma Cherie, en Taipéi.

La satisfacción de las mujeres fue ver que todo pasó y que tanto los pequeños como ellas vivieron para contarlo.

Otro caso conmovedor fue el reencuentro de una madre de 85 años con su hijo. “Me alegré de verlo, me alegré cuando regresó. Anoche no dormí nada y no pude comer nada”, aseguró Chen Lan-Chin, luego de fundirse en un abrazo con David Chen, quien trabaja en un hotel y que fue rescatado junto a otros 50 compañeros que quedaron abandonados cerca de una carretera.

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“Tengo suerte de sobrevivir a este desastre. Estábamos aterrorizados, especialmente cuando ocurrió el terremoto. Por primera vez pensamos que todo había terminado ya que ese lugar era propenso al desprendimiento de rocas”, manifestó Chen.

La operación de rescate de Chen y sus compañeros de trabajo estuvo llena de peligros, debido a que tuvieron que seguir a los rescatistas a pie, montaña abajo, navegando entre cascadas de barro y corriendo para evitar ser golpeados por las rocas que caían.

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Por otra parte, la alegría también fue para un grupo de turistas que, lejos de pasar unas vacaciones tranquilas, enfrentó momentos de angustia, pero logró un feliz reencuentro.

“La noche fue una terrible experiencia con réplicas, temblores y rocas cayendo seguido. En la mañana, algunos de nosotros que hablábamos inglés nos reunimos y decidimos ir en dirección al hotel. Afortunadamente tuvimos algunos primeros auxilios”, recordó Namrita, originaria de Singapur.

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